Todos pasamos por momentos difíciles, días en los que parece que todo está en nuestra contra y todo sale mal. Es natural sentirse abrumado a veces, pero, qué pasa cuando esos momentos de frustración se convierten en un estado mental constante? La negatividad es más común de lo que pensamos, y lo peor de todo, es que puede afectar cada aspecto de nuestra vida diaria.
¿Qué es la negatividad?
La negatividad no es simplemente tener un mal día, sentir que todo lo malo te pasa a ti, que nada bueno te sucederá, o estar molesto por algo. Es un patrón de pensamientos negativos que se vuelve repetitivo y se filtra en cómo vemos el mundo, las personas a nuestro alrededor, y, aun más importante, a nosotros mismos. Este estado mental nos hace enfocarnos en lo que falta, en lo que está mal, en lo que no podemos controlar, y cuando dejamos que domine, puede impactar todo lo que atraemos. Si, lo leíste bien, TODO LO QUE ATRAEMOS.
¿Cómo afecta nuestra vida diaria?
La negatividad tiene una influencia directa sobre nuestra energía, nuestras relaciones, y nuestras oportunidades. Cuando estamos atrapados en un ciclo de pensamientos negativos:
- Nos volvemos más reactivos y menos capaces de ver las soluciones.
- Nuestros niveles de estrés aumentan y afectan nuestra salud mental y física.
- Proyectamos inseguridades o juicios en los demás, lo que puede dañar nuestras relaciones personales.
- Atraemos experiencias que refuerzan esa negatividad, porque tendemos a ver lo que esperamos ver.
El poder de nuestros pensamientos es más fuerte de lo que a veces queremos admitir. Lo que proyectamos hacia afuera es lo que, en muchos casos, regresa hacia nosotros.
¿Qué podemos hacer para evitar caer en la negatividad?
1. Reconoce tu patrón de pensamientos: El primer paso para combatir la negatividad es reconocerla. Pregúntate: Cómo hablas contigo mismo? En qué te estás enfocando? Tiendes a ver solo los problemas o también consideras las soluciones? A veces podemos estar atrapados dentro de un patrón y no nos damos cuenta.
2. Rodéate de lo que te inspire: Mantén cerca a personas que te levanten, que te apoyen, que te sumen en la vida. No significa que tus amigos y seres queridos nunca puedan estar tristes o tener malos momentos, pero también es importante encontrar quienes te alienten a ver el lado positivo de las cosas y te ayudan a ser feliz con su sola presencia.
3. Cambia el diálogo interno: A veces no podemos cambiar la situación, pero podemos cambiar cómo hablamos sobre ella. En lugar de decir “esto siempre me pasa a mí”, intenta con “esto es difícil, pero voy a superarlo”. A mi particularmente me gusta mucho repetir esta “esto también va a pasar, siempre sale el sol”.
4. Desintoxica tu mente: Así como puedes aplicarte muy bien con el skincare (en realidad espero que lo hagas jajaja), es esencial hacer una “desintoxicación mental”. Medita, respira profundamente, haz yoga o sal a caminar, escucha tu musica favorita, esa que te transporta a un lugar o época feliz. El simple hecho de desconectar puede ayudarte a ver las cosas desde otra perspectiva.
¿Por qué es tan importante no caer en la negatividad?
Caer en la negatividad constante no solo afecta nuestra manera de pensar, también afecta cómo vivimos nuestra vida. Nos priva de ver las oportunidades, de disfrutar los momentos pequeños, y de avanzar. Si no le ponemos un freno, la negatividad puede convertirse en una barrera que no nos deja alcanzar nuestro verdadero potencial, y nos puede llevar a ser esa nube negra de la que todos quieren huir y nadie quiere tener cerca.
El positivismo tóxico, como te mencioné en el post anterior, no se trata de ignorar los problemas o los sentimientos. Pero es importante encontrar un balance: permitirnos sentir y experimentar nuestras emociones, sin caer en el abismo de la negatividad que nos consume y nos impide crecer. Ojo con eso!
Tips para detectar la negatividad
- Observa cómo reaccionas a los contratiempos: Si tu primera reacción ante un problema es la desesperación o frustración, es una señal de que necesitas redirigir tu energía. Mi abuela decía “de algo te estará librando Dios” (confieso que a veces me molestaba), y fue luego con el pasar de los años que entendí a que se refería ella.
- Presta atención a tu lenguaje: Te quejas constantemente? Usas palabras negativas como “nunca” o “siempre” cuando describes tus experiencias? Las palabras que usamos tienen poder, y muchas veces subestimamos eso.
- Toma nota de cómo te sientes alrededor de ciertas personas: Si constantemente te sientes agotado después de interactuar con alguien, es posible que esa relación esté influyendo en tu estado mental de manera negativa. Hay personas que drenan energía, que nos cambian el ánimo y hasta nos hacen sentir enfermos, cuidado con quienes tienes cerca de ti.
La negatividad es un enemigo silencioso. No siempre es obvio, pero con el tiempo, puede drenar nuestra energía y bloquear nuestra felicidad. Detectarla es clave para evitar que se arraigue en nuestras vidas. Cuando logramos reconocerla, podemos trabajar conscientemente en cambiar nuestro enfoque, rodeándonos de energía positiva y pensamientos constructivos.
Es fundamental buscar ayuda profesional cuando sentimos que lo necesitamos, pero es aún más importante no esperar hasta que sea demasiado tarde. Aunque yo creo firmemente que buscar apoyo siempre es vital, estés atravesando un proceso emocional o no, hay quienes no solo no reconocen que lo necesitan, sino que etiquetan de “locos” a quienes lo hacen. Si no te sientes cómodo hablando con un profesional, al menos busca a alguien cercano que pueda escucharte; a veces, una perspectiva externa puede aportar claridad a tu situación.
Recuerda, tú tienes el control. No se trata de ignorar las dificultades, sino de decidir cómo las enfrentas. Y lo más importante, no estás solo en este camino. Todos tenemos días difíciles, pero también tenemos la capacidad de superar cualquier obstáculo cuando elegimos ver el lado positivo.