Hoy en día estamos constantemente rodeados de mensajes como “Sé positivo!” y “Sonríe siempre, pase lo que pase!”. Y es que, aunque mantener una actitud positiva puede ayudarnos a superar momentos difíciles, es importante reconocer cuando esa positividad se vuelve perjudicial. A esto se le llama positivismo tóxico, y es algo de lo que debemos hablar.
¿Qué es el Positivismo Tóxico?
El positivismo tóxico es la creencia de que debemos enfocarnos solo en lo bueno, incluso a costa de nuestras emociones reales. Este concepto nos anima a ignorar, descartar o suprimir los sentimientos negativos, creando una cultura en la que la tristeza, la frustración e incluso el duelo son vistos como inaceptables (triste, pero cierto). Sin embargo, la verdad es que TODAS LAS EMOCIONES, las buenas y las malas (por llamarlas así), son válidas y necesarias.
Piénsalo: Cuántas veces has escuchado frases como “Solo mantente positivo!” o “Mira el lado bueno!” cuando estás lidiando con algo difícil? Aunque estos comentarios suelen tener buenas intenciones, pueden hacer que nos sintamos como si nuestros problemas o emociones no importaran. El positivismo tóxico invalida lo que estamos pasando, obligándonos a esconder nuestras luchas y fingir que todo está bien, incluso cuando no lo está.
¿Por qué es dañino el Positivismo Tóxico?
Como seres humanos, estamos diseñados para sentir una amplia gama de emociones. La vida no siempre es color de rosa, y pretender que lo es puede empeorar las cosas. Cuando negamos nuestras emociones reales, no desaparecen, simplemente las enterramos. Con el tiempo, estos sentimientos no procesados pueden generar ansiedad, estrés e incluso agotamiento emocional.
Muchas veces dolores en el cuerpo y enfermedades que nos llegan “de la nada” son también causa de tapar nuestras emociones, así que escuchar a tu cuerpo cuando te esta hablando es buena idea, no dejes que llegue a gritarte, pues muchas veces es demasiado tarde y la cura puede ser mas complicada de lo que esperabas. Presta mucha atención cada vez que sientas que algo esta diferente.
Está bien no estar bien. Reconocer nuestras luchas nos da el permiso de sanar y crecer. El bienestar emocional no se trata de evitar el malestar; se trata de aprender a navegarlo, y sabes que? Se siente maravilloso, que te lo digo yo.
Cómo evitar el Positivismo Tóxico:
Aquí hay algunas formas sencillas de protegernos de caer en la trampa del positivismo tóxico:
- Reconoce tus emociones, tanto las buenas como las malas.
Está bien sentirse triste, ansioso o frustrado. De hecho, permitirte experimentar estas emociones puede ser muy sanador. En lugar de decirte “Debería estar feliz”, prueba con “Es normal sentirme así, y es parte de mi proceso”. - Crea espacio para que otros sientan.
Cuando alguien cercano está pasando por un momento difícil, es tentador animarlos diciendo algo como “Todo va a estar bien!”. Pero, y si en lugar de eso, simplemente reconocemos su dolor? Decir cosas como “Estoy aquí para ti, y veo que estás luchando” puede ser mucho más útil que invalidar sus emociones con un optimismo forzado. - Encuentra un equilibrio en tu mentalidad.
Está genial buscar lo positivo en cada situación, pero eso no significa ignorar los desafíos o pretender que todo es perfecto. Encontrar un equilibrio significa reconocer las partes difíciles de la vida mientras mantenemos espacio para la esperanza y el optimismo. No se trata de ser positivo todo el tiempo, sino de ser real con nosotros mismos y con los demás.
Señales de Positivismo Tóxico en la vida diaria:
El positivismo tóxico puede aparecer de manera sutil. Aquí hay algunas señales a las que prestar atención, tanto en ti como en los demás:
- Descartar tus propias emociones o las de otros: Si te encuentras diciendo cosas como “Podría ser peor” o “Al menos tienes tal cosa”, podrías estar minimizando emociones válidas.
- Usar frases como “Solo buenas vibras” para evitar conversaciones profundas: Al fomentar solo emociones positivas, podemos evitar conectar verdaderamente con las personas o incluso procesar nuestros propios sentimientos.
- Forzar la positividad en todas las situaciones: La vida no se trata de ser feliz las 24 horas del día. Si crees que mantener una actitud positiva a toda costa resolverá tus problemas, quizás sea momento de reconsiderarlo.
Por qué sentir todas las emociones es clave para el bienestar:
El bienestar no solo se trata de comer sano y hacer ejercicio; también se trata de la salud emocional. Cuando nos permitimos sentir todas nuestras emociones, nos damos la oportunidad de crecer, aprender y, en última instancia, sanar. Al igual que un entrenamiento desafía nuestros músculos, el malestar emocional nos ayuda a desarrollar resiliencia.
Piensa en tus emociones como guías. Cuando nos sentimos tristes, estresados o abrumados, generalmente es porque algo en nuestra vida necesita atención. Al prestar atención a estos sentimientos, podemos obtener una comprensión más profunda de nosotros mismos y tomar decisiones que estén más alineadas con nuestras necesidades y valores.
Cómo apoyarte a ti mismo y a los demás de manera más saludable:
En lugar de imponerte una positividad forzada a ti mismo o a los demás, concéntrate en ofrecer apoyo genuino. Aquí te dejo algunos consejos:
- Escucha sin juzgar: Cuando alguien se abra contigo, en lugar de apresurarte a “arreglar” su situación con una visión optimista, simplemente escucha. A veces, todo lo que necesitamos es que nos escuchen.
- Valida sus sentimientos: Di cosas como “Es completamente comprensible que te sientas así” o “Puedo ver por qué esto es muy difícil para ti”.
- Ofrece ayuda práctica: En lugar de forzar una visión positiva, ofrece soluciones o ayuda si es apropiado. “Estoy aquí si necesitas algo” es mucho más útil.
Aprendamos a abrazar todas las situaciones de la vida:
El positivismo tóxico puede ser dañino porque nos dice que solo las emociones “buenas” son aceptables. Pero la vida se trata de equilibrio. La felicidad y la tristeza, la esperanza y el miedo, todas juegan un papel en nuestro crecimiento. Al abrazar nuestra gama completa de emociones, nos volvemos más resilientes, más conectados y, en última instancia, más humanos.
Así que, la próxima vez que sientas la urgencia de “ser positivo”, recuerda que está bien sentir lo que estás sintiendo. Permítete el espacio para experimentar la vida en toda su complejidad. Ahí es donde comienza el verdadero bienestar.
Gracias por llegar hasta aqui 🙂
Xoxo,
ML